Serie 4021-4038 Microbus Ebro 66/7 T (1979-1992)

En la Barcelona de 1978 no escontrabamos con un grave problema con los microbuses en la Compañía, durante todo ese año el promedio de disponibilidad no conseguía llegar al 55% de una flota de 16 microbuses adquiridos diez años antes (modelo Sava).

Para mejorar la situación producida por el material en desuso, el Consejo de Administración de la Compañía aprobó la gestión de compra de 18 microbuses de la marca Ebro, la cual fue autorizada por la Comisión Municipal Ejecutiva el 5-12-1978 con el financiación a cargo de las partidas 53 y 54 del Presupuesto Extraordinario de Infraestructura y Equipación Social del Ayuntamiento. Si bien la partida 53 estaba destinada en principio a la construcción de una cochera, el 18 de octubre de 1978 el Consejo de Administración solicitó al Ayuntamiento el traspaso de esta partida para adquisición de autobuses, solicitud que fue aprobada.

El 28 de diciembre de 1978 se presentaron los cuatro primero microbuses de la serie. No fue hasta 1979 en que se dieron de alta en la Compañía y se empezaron a ver circular por la ciudad. Los 14 restantes que completaban esta serie llegaron al año siguiente, en 1980. Fueron numerados siguiendo la serie de microbuses de la marca Sava, del 4021 al 4038, ambos inclusives.

Estos microbuses Ebro tenían un característico color naranja y que venian a sustituir a los absoletos Savas amarillos. Circularon en las líneas 91, 92, 93, 94 y en otros servicios especiales como el de Vallbona a Ciudad Meridiana o el del Interior del Cementerio de Montjuich.

Estaban equipados con un motor OM366A con una potencia de 100 CV a 2.600 rpm y una cilindrada de 5000 cm cúbicos. Alcanzaba una velocidad máxima de 90 Km/h y disponia de un cambio ZF-S 5,30 de 5 velocidades. Los frenos eran hidraulicos. Tenia una longitud de 7,6 metros, altura: 2,6 metros y anchura de 2,3 metros.

Respecto a su equipamiento interior fue creado por el Grupo de Diseño para la Colectividad. El grupo estaba formado por los diseñadores industriales: A. Ricard, Carles Marzabal y J.A. Blanc y dentro del sector gráfico a I.Zimerman y J.Mª Trias.

El nuevo vehículo poseía un característico color bermellón claro, elegido a posta, porque respondía a la continuidad en la tradición de los transportes de Barcelona y porque se destinguía en situaciones de poca visibilidad-niebla, lluvia y poca luz.

Tenía un rótulo informátivo alargado a todo lo ancho del vehículo y se iluminaba por iluminación frontal, no por transparencia, como venía utilizandose. Aun así, los carteles aun se roturaron en un principio con el mismo tipo de letras que los anteriores autobuses de la época, así y todo se esperaba mejorar la visibilidad cuando las letras alcanzaran el mismo tamaño que tenían los números. Además el cristal del rótulo estaba inclinando, pensado para evitar reflejos de luz solar o artificial. Aunque con el tiempo fue un impedimento para una correcta visión lejana de la información de la línea.

La cubartura del parabrisas respondía a unos estudios para evitar los deslumbramientos del conductor.

El acceso y la salida del vehículo se estudió y se instaló unas puertas del tamaño de un autobús grande, contrariamente a lo que existía en el anterior microbús utilizado en TB. No obstante se puso puerta de doble hoja en la salida y puerta de hoja simple en la entrada, para facilitar el acceso uno por uno al control del conductor-agente único.

Los elementos de iluminación y señalización del vehículo estaban integradas en una banda reguladora que ordenaba bastante bien al coche por lo que hace a la parte delantera y, por lo que se refiere a la parte de atrás, se optó por una idea revolucionaria en su época: elevar los stops e intermitentes un metro cicuenta del suelo para que fuera visible las indicaciones no solo por el inmenete coche anterior, sino tambien por el segundo, tercero...

Las ruedas se encontraban totalmente tapadas, con ello se pretendia por un lado tener un medio de seguridad del usuario cuando se acercaba al vehículo para acceder al interior y por otro lado cuando el vehículo circulaba en días de lluvias no salpicaba las ruedas y se evitaba el aspecto de suciedad que presetanban los autobuses en esos dias.

En su interior, disponía de 19 asientos individuales de escai, que presentaron inconvenientes (ya previstos por el Grupo desde un principio), como que eran poco transpirables en verano, y muy facilmente destructibles -quemaduras, corte, etc-, aunque el Grupo optó por este tipo de salidas en vez de uno de "madera" porque representaba una imagen menos vistosa. Siguiendo con el tema de los asientos, éstos estaban perfectamente ordenados respectos a los ejes de las ventanas. Contaba con una iluminación central de un color claro.

El modelo fue conocido popularmente como la "caja de zapatos" por su gran forma rectangular.

A partir de 1987 comenzaron a ser retirados y substituidos por los nuevos vehículos de la firma Mercedes-Benz. Una vez apartados en las cocheras de Zona Franca y Levante, posteriormente fueron desballestados algunos de ellos y los otro, en octubre de 1988, se puso un anuncio oficial en los periódicos para la venta de 11 vehículos de esta serie. Cuatro de ellos: 4026, 4028, 4036 y 4037 fueron vendidos a las líneas urbanas de Blanes.

En 1989 ya no había ningún Ebro en la Compañía, tan solo los vehículos 4027, 4032, 4033 y 4035 arrendados a Transportes Lydia para realizar las líneas 77 y 93 que se cedió a esta Compañía. Más adelante los autobuses se vendieron a Lydia directamente porque Lydia se quedó con las líneas.

Fuentes:
Alberto Martín Soler
La Vanguardia, 07 octubre 1988, página 55.
Memoria Transportes de Barcelona, año 1978
Memoria TMB 1989