Funicular de Montjuïc

Recorrido funicular
Recorrido funicular

La historia particular del Funicular de Montjuich ha estado marcada por los grandes acontencimientos que ha acogido la montaña. La exposición Universal de 1929 impulsó su construcción y la celebración de los Juegos Olímpicos de 1992 ha sido el resorte que ha permitido su total renovación

La euforia reinante en los medios financieros barcelones antes las expectativas de la futura celebración de la Exposición Universal fue la principal premisa que impulsó al abogado catalán Elies Rogent Masó a afrontar la construcción de un medio de transporte que enlazara Montjuich y la feria de Muestra con el centro urbano de Barcelona.

En 1925, una Real Orden concedió a los herederos de Rogent -quién murió en 1924, antes de ver culminado su sueño- la licencia para construir y explotar el Funicular. La conseción se otorgó por un término de 99 años y sin garantía de interés para el Estado. Las obras de construcción comenzaron en abril de 1927. La inminente celebración de la Exposición propició que las obras se complentaran en tan solo 14 meses, un plazo record en relación con obtras similares realizadas en esta época.

El 24 de octubre de 1928, a las once y media de la mañana, quedó inaugurado este funicular, desde el Paralelo hasta Miramar. La compañía anunciaba trenes cada 10 minutos los días laborables y cada 6 los fectivos, con horario desde las 7 de la mañana hasta medianoche. Llamó poderosamente la atención al público, por su novedad, el "tapis roulant" (tapiz rodante) que enlazaba el acceso del Paralelo con el vestíbulo de la estación, tenía 75 metros de longitud y se consideró, por aquella época, el más largo de Europa.

En un principio se proyectó prolongar su recorrido hasta las Ramblas para enlazarlo con el Gran Metro, aunque nunca se llevó a la práctica.

El 23 de julio del año siguiente, 1929, se inauguró el segundo tramo del funicular, desde el Pº central de la Exposición hasta el pié de la fortaleza militar. Tenía una longitud de 426 metros, hacía el trayecto en menos de dos minutos y la velocidad media de comvoy era de 14'5 Km por hora.

Desde su inauguración hasta mediados de la década de los 30 se abrió una etapa de esplendor del funicular. Pero la guerra civil y el consiguiente deterioro económico de los años posteriores ocasionaron una crisis en su servicio hasta la llegada de los años 60. Durante esta década comienza una nueva etapa protagonizada por la devolución del castillo a la ciudad, hecho que propició que el Ayuntamiento aprobara un plan de urbanismo para la zona del Castillo y sus alrededores, en la que fueron factores determinantes la construcción de un nuevo parque de atracciones y la erradicación del barraquismo de la zona. Dicho plan también comprendía la renovación y rehabilitación de estaciones, la reparación del sistema motriz y otras acciones en el material móvil del Funicular. Las obras empezaron en 1964 y se prolongaron durante un año, hasta el 14 de octubre de 1965, cuando se reinagura el servicio.

Recuerdos de la década de los 60 y 70 era que en el pasadizo entre el metro y la estación existía instalada un alfombra rodante para comodidad de los viajeros. Los coches del funicular estaban pintados primer de color verde y después, se pintaron de azul y blanco como el esquema de pintura que llevaba el Metro en aquellos años, y referente a su hermano, el funicular del Castillo, este era de un solo coche, no recordamos el color que llevaba desde un principio, pero si que acabó sus días con los colores verdes Porcioles de los autobuses, hasta su cierre.

El aumento del transporte público y la erradicación del barraquismo en Montjuich (Aún había poblados en 1974) hacen disminuir el número de viajeros, la empresa entra en crisis y la empresa del Metro pasa a controlar la explotación del funicular.

El 7 de junio de 1972 el funicular fue adquirido, mediante escritura de fusión por absorción, por la compañía del Ferrocarril Metropolitano de Barcelona. La compañía del metro comenzó a explotarla con la denominación romana de línea XIV, al igual que si fuera otra línea de Metro que en aquellos tiempos se le asignaba con números romanos. Esta denominación duró poco y no fue muy conocida, pero aún se pudo ver en los accesos subterraneos al funicular en la estación de Poble Sec (actual Paral.lel)

El precio del billete siempre era un poco más elevado que la tarifa que tenía el metro, pero fue el 17 de septiembre de 1980 cuando tuvo un gran aumento: de 25 ptas. a 45 ptas. , en la que ya se denotaba su carácter túristico y dejando de la lado un servicio público especial.

La aparición de problemas que podían afectar a la seguridad de la explotación y su falta de rentabilidad aconsejaron el cierre de instalaciones, que se produjo el 13 de enero de 1981. Fue un cierre en el que incluso se pensó en la desaparición completa.

Pero no fue así, durante los siguientes tres años y medio se procedió a realizar una profunda remodelación, entre ellas el cambio del cable de tracción, la automatización de la explotación, la dotación de un sitema de reconversión de energía y la instalación de nuevas medidas de seguridad. Estos cambios e innovaciones tuvieron un coste de casi 66 millones y medio de pesetas, que fuero sufragadas por la Generalitat de Catalunya, cantidad a los que había que añadir los gastos de mejora del material móvil, sufragados por TMB.

Además al abordar la remodelación del funicular se pretendió reproducir en la medida de lo posible la ambientación original de los cuatro coches que cubrian el servicio entre el Paral.lel y la estación Parc de Montjuic. Entre otros elementos se reproducieron los antiguos bancos de madera y los coches fueron pintados de amarillo, su color de origen.

La nueva reapertura ocurrió el 17 de julio de 1984, fecha que se reabre de nuevo el Funicular, pero tan solo el tramo inferior entre el Paralelo y Miramar, el tramo superior Miramar - Castillo no se abrió diciendo que se dejaría para más tarde, para una segunda fase de remodelación.

Pero al final nunca se ejecutó esta segunda fase, y el Ayuntamiento decidió eliminar los vestígios físicos del funicular entre los jardines de Mossèn Cinto y el planter de Tres Pins, además de derribar la estación superior del Castillo durante el año 1987.

Como explicación oficial se dijo que había ya un transporte alternativo a este segundo tramo del funicular, que era el teleférico que va desde la estación de Miramar hasta el Castell. Pero en realidad, en 1987, el teleférico valía 215 pesetas ida y vuelta por las 60 pesetas del funicular.

Cabe recordar que para enlazar los tramos del funicular Paralel y Castell había que salvar un desnivel con una impresionante escalera mecánica de madera para llegar hasta la estación donde se cogía el tramo superior. Esta estación y la escalera, se conservan detrás de un plafón en Miramar y han pasado a ser gestionados por Patrimonio Histórico.

El Funicular desde Paralel a Montjuic volvía de nuevo funcionar, pero esta vez se ofrecía a la ciudad como uno de los transportes singulares de Barcelona. Era el inicio de una nueva etapa consagrada a servir al sector del ocio y el turismo. Esta denominación de "transporte singular" hizo que las tarjetas multiviaje T1 y T2 dejaron de tener válidez, y tambien se incrementó el precio, lo cual hizo que muchos usuarios desistieran del uso de estos transportes. El funicular, también, pasa a circular por primera vez los sábados y festivos.

Con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos del 1992, y para potenciar los sistemas de transporte de personas a la montaña de Montjuich, se subtituyó el antiguo funicular por otro de nuevo, con una capacidad de transporte de 8000 personas/hora y sentido, en vez de 1200 personas/hora y sentido que poseia antes. El 16 de enero de 1991 se aprobó la compra del material movil del Funicular al grupo Wagner-Biro-Siemens-Guinovart. Esta inversión sufragada por la compañía del Metro, se realizó gracias a un protocolo de colaboración entre TMB y "La Caixa" a traves de la cual esta entidad financiera concedía un crédito preferente a TMB por un importe de 1400 millones de pesetas, para la compra del material movil y para sufragar las obras de renovación. También esta colaboración se extendió al patrocinio de "La Caixa" que contribuyó a la renovación y ambietación de las estaciones del funicular, asumiendo la exclusiva publicitaria en esta estaciones.

Por todo ello el 11 de marzo de 1991 se volvería a cerrar el funicular para remodelarlo completamente, y el día de San Juan (24 de junio) de 1992 a las 13.00h Montjuich estrenó uno de los funiculares más modernos del mundo, el que actualmente podemos ver circular. La estación de Miramar, en estas nueva etapa, pasa a denominarse "Parc de Montjuich". Como curiosidad la fecha del nuevo estreno era para el 15 de abril de 1992, pero debido a retrasos en la entrega de la obra se retrasó y al final se abrió muy pocos días antes del inicio de los JJOO. La inauguración oficial no contó con ningún representante de la Generalitat, que negó a que llegara la línea 2 del Metro hasta Montjuïc. El alcalde Pascual Maragall citó que fue gracias a la ciudad que pudo poner en comunicación a la Montaña.

Los viejos vagones pasaron a guardarse, uno de ellos primero fue al Museo del Transporte de Castellar de N'Hug y cuando éste cerró se trasladó a la cochera de Triangulo para su posterior restauración por parte de la Fundación de Patrimonio histórico de TMB y un segundo tuvo una historia más "viajera", cuando se retiró de Montjuich fue a parar a un desguace en Sant Boi del Llobregat, allí estuvo intacto hasta el año 2000, porque el propietario quería preservarlo. Pero en esa fecha el que el Ayuntamiento de Sant Boi pidió que se desguazara porque no queria ver chatarra en el exterior de la planta, y el propietario optó mejor por regalarlo al Sr. Clemente de Cervera, donde tiene una amplia nave y está comenzado a restaurarlo para exponerlo. Fuente Transport.cat.

Se compraron tres convoyes al consorcio Wagner-Biro, Siemens y Guinovart con una inversión total de 1400 millones de pesetas.

Durante los Juegos Olímpicos de 1992 el funicular funcionó a plena potencia, con la máxima frecuencia que tuvo nunca, para llevar a los espectadores al Estadio Olímpico. Tenía salida cada tres minutos hasta las 1.30horas y una duración del recorrido de 2 minutos. Podía transportar 8.000 personas / hora.

El 22 de mayo del 2002 el Funicular de Montjuïc se integró como una parte más de la red de metro de Barcelona y comenzó a prestar servicio regular todos los días del año. A partir de esta fecha el Funicular circula todos los días desde las 9 de la mañana hasta las 10 de la noche. Los días laborables lectivos inicia el servicio a las 8 de la mañana.

Con el fin de que funcionara como una extensión más del metro, el 22 de mayo del 2002 tambien, se integró su tarifa y ahora se pueden utilizar los títulos integrados de transporte. Para que esta integración fuera posible, tuvo que llevarse a cabo una remodelación de los vestíbulos del Funicular: retirada de los sistemas de validación y venta entre Funicular y metro, instalación de una distribuidora automática y adecuación de los puntos de venta.

Anexos
Folleto Despedida Viejo Funicular

Cronologia
24.10.1928 - Se inaugura el funicular Paralelo - Montjuich
23.07.1929 - Se inaugura el segundo tramo
14.10.1965 - Se reinaugura el servicio de funicular
07.06.1972 - Se integra en TMB
13.01.1981 - Se cierra el funicular para reformarse
17.07.1984 - Se abre de nuevo el funicular
11.03.1991 - Se cierra de nuevo el funicular
24.06.1992 - Vuelve a abrirse el funicular
22.05.2002 - Se integra en la red de Metro

Fuentes
Memoria TMB 2002
La ciutat transportada
Biezo-Tren nº 7, Edición en pdf
Avui. 14/8/1987. Pàgina 23

Prensa
Susto en el funicular, 17/8/07