Pantallas en el interior de los autobuses | |
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Durante los años 90, TMB inició una serie de pruebas para incorporar publicidad en el interior de sus vehículos. Con estas iniciativas la compañía pretendía ofrecer un canal de información útil a sus usuarios y a la vez hacer más agradable los trayectos con este medio de transporte. Es un precesor de las actuales "teles" que vemos en el Metro, aunque en los autobuses no acabó de ponerse en marcha. Fueron dos iniciativas: VideoTex y Telebús.
VideoTex La base de programación (ordenador) estaba instalado en Material Movil de Zona Franca y la transmisión de información se efectuaba por diskette coche a coche y corría a cargo de la empresa publicitaria. El conductor no debe efecturar operacion alguna, ya que la puesta en servicio era automática, en función de dar el contacto general del vehículo. La primeras pruebas se realizarón en 1992 con una empresa participada por la empresa Viatex Dornier, perteneciente al Banco Zaragozano para ello se prepararon los coches 5537, 5538 y 5539 que efecutaba el servicio de la línea 59. En una segunda prueba, en 1994, la explotación la realizaba la empresa ConLuz. En ambas explotaciones, las empresas ofrecian a TMB un cánon mensual según el número de vehículos que tuviera el sistema.
Telebús Este sistema consistía en un aparato de video y un monitor de televisión instalado en la parte delantera del autobús, con unos pequeños altavoces al lado que permetían al pasaje la audición de los programas grabados en una cinta de video. El contenido de esta cinta era fundamentalmente informativo y cultural (noticies grabadas, entretenimientos musicales, video-clips, documentales, horóscopos, teléfonos de interés público, etc...) intercalados con anuncios publiciatarios que permetían que el coste fuera nulo para la empresa. La cinta se renovaba semanalmente, esto permetía canviar los programas para que no sean repetitivos a los usuarios y, al mismo tiemo, poder ofrecer información de interés actualizadas. La inversión de equipos e instalación corrían a cargo de Telebús. Telebús comercializaba la publicidad ofreciendo a TMB espacio para dar información que considere de interés (recorrido de líneas, horarios, etc), además de una participación en los ingresos obtenidos por este concepto. Cada cinta de video incluía 2 horas de programación general y estructurada en 16 bloques de duración prevista 5' 40'' cada uno a los que se intercalaba el mismo número de bloques publicitarios de 1'40'' como máximo. La transmisión de la información se efectuaba vía cinta de video, vehículo a vehículo y era responsabilidad de Telebús
Femet Las pantallas luminosas daban información específica sobre la línea en la cual estaba instalada, cuál es la próxima parada, por ejemplo, y otros datos ciudadanos, así como publicidad. El 85% de los textos que recibia el viajero correspondía a servicios y el resto a publicidad. La gran diferencia del nuevo servicio (comparado con el anterior VideoTex) era que la información se controlaba desde un ordenador central y transmitida por radio. Continuaba siendo gestionada por la empresa concesionaria. Los bloques informativos duraban 20 minutos, a partir de los cuales se repetían los textos. Ese tiempo es el que se calcula que puede permanecer como media un viajero en sus recorridos diarios. La pantalla admitía la incluía de figuras y colores y permitía la información visual y sonora, aunque esta última se utilizaba (al igual que el anterior sistema Videotext) para anunciar la parada siguiente. El panel daba la hora, la temperatura exterior, información sobre el transporte público y también breves, muy breves, noticias nacionales e internacionales. La instalación de este servicio en los autobuses no costaba nada para TMB y se barajó la posibilidad de que la compañía pudiera cobrar un canon sobre los beneficios que obtuviera la concesionaria a través de la publicidad que exibiera en sus pantallas. Se preveyó que a finales de abril de 1996 se instalaría el nuevo servicio en 120 autobuses de siete líneas (7, 15, 28, 33, 43, 44 y 58), las líneas con más viajeros de aquella época. La inversión total prevista correspondía a 540 millones de pesetas, cantidad calculada para incorporar progresivamente el sistema a los 800 vehículos de la flota de la ciudad. Aunque en la realidad, este proyecto nunca pasó de la prueba piloto. Durante la experiencia de estas pruebas se detectaron algunos problemas técnicos que desaconsejaron su posible instalación en los vehículos. Por ello al finalizar las pruebas se desmontaron todas las pantallas.
Año 2005: Un nuevo intento
Año 2006: Otra prueba más, ¿la definitiva?
Anexos |
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