Desprendimientos de tierras en las obras de la línea 5 del metro de Barcelona

El Periódico, 28 enero del 2005
JORDI SUBIRANA / MANUEL CABELLO

El suelo se abrió ayer en el Carmel y 809 personas tuvieron que ser desalojadas de 84 edificios de ese barrio del distrito barcelonés de Horta-Guinardó. Un deslizamiento de tierras en las obras de ampliación de la línea 5 del metro engulló la finca de dos plantas del número 2 de la calle de Conca de Tremp. El desplome dejó un cráter de 30 metros de diámetro y 32 de profundidad.

El siniestro se saldó sin víctimas. Sólo dos personas tuvieron que ser hospitalizadas por crisis de ansiedad, según el 061.

El desprendimiento se produjo en el mismo túnel en construcción en el que el martes había tenido lugar un primer derrumbe que no alcanzó la superficie. Según el conseller de Política Territorial i Obres Públiques (PTOP), Joaquim Nadal, el hundimiento obedece a un "movimiento sin precedentes". Nadal explicó que el martes se hundió una parte de la bóveda del túnel, que se está excavando a 35 metros de profundidad, y ayer, cuando los técnicos intentaban afianzar la obra, acabó de ceder la superficie.

El desplome ocurrió a las 9.15 horas y obligó a los cuerpos de policía --unos 110 agentes-- a evacuar 84 edificios de las calles de Conca de Tremp, Sigüenza, Bernat Bransi, Llobregós y el pasaje de Calafell. Más de 800 personas hubieron de abandonar sus casas a la carrera con lo puesto.

Muchos vecinos, indignados, criticaron la forma en que se están llevando las obras del metro y aseguraron que el siniestro se hubiera podido evitar. "Hace meses que se oyen ruidos y que han aparecido grietas. A veces hemos notado temblores y cuando nos hemos quejado nadie nos ha hecho caso", denunció Pilar Plaza, del pasaje de Calafell. "Tendrían que haber evacuado toda la manzana el martes", añadió Laura Alcampel, de la calle de Conca de Tremp.

Tras el desplome, el ayuntamiento y PTOP decidieron cortar varias calles e impedir el acceso a la zona. "Teníamos miedo a que se produjeran nuevos desprendimientos", dijo un portavoz. El derrumbe también provocó un escape de gas y para evitar males mayores se cortó su suministro, así como el de agua.

Fuentes de los bomberos relataron que primero se hundió el suelo de los bajos del inmueble, ocupados por un taller, lo que provocó que cediera el piso superior, usado como vivienda. El edificio colindante quedó muy afectado. "Presenta síntomas de inestabilidad, por lo que podría caer", indicó un portavoz de Política Territorial.