Las cocheras de Borbón

ERASE UNA VEZ ... cuantas veces hemos contado cuentos a nuestros hijos que han empezado de esta manera. Los niños nos miran con la cara ilusionada creyéndose aquello que les explicamos, y es que no hay nada más bonito que creer que es real aquello que sucede en el mundo de la fantasía.

Pero porqué no trasladar al mundo de los cuentos aquello que sucedió y que sucede cada día. Sería un viaje interesante. ¿Os animáis? ... ¡Venga! venid con nosotros a viajar!

HABIA UNA VEZ UN PUEBLECITO, en el año 1491, llamado Horta. El Sr. Jeroni Pau en su "descripción latina" nos habla de Horta como un próspero valle lleno de campos de cultivo y pequeñas masías, donde posiblemente los señores de Barcelona se acercasen a pasar el verano. ¡Casi nada! De Horta ya se hablaba un año antes del Descubrimiento de América.

Debemos imaginarnos una Barcelona muy diferente de la actual; nuestra Ciudad estaba rodeada de murallas que tenían puertas de acceso y salida. Una de estas puertas daba al actual Paseo de San Juan, y allí, justamente, comenzaba el camino de Horta.

Horta es pues el punto de partida de nuestra historia.

Lo que pasó después pertenece al silencio de los siglos; pero nos iremos a finales del 1800. En aquellos momentos existía una de tantas masías de Horta que se llamaba CAN XIRINGALL. Esta, que era pequeña y no tenía demasiado terreno, es la que nos ocupa; con los años dio origen a la pequeña Cochera de Horta. Durante muchos años la cochera creció al lado de la masía, hasta que finalmente, esta desapareció.

Dice el libro de Desideri Díez "Las masías de Horta" que:

"Ya desaparecida, Can Xiringall, estaba situada al extremo del valle de Horta, en la actual Avenida de Borbón, tocando al Paseo de Maragall, donde están las actuales cocheras de autobuses. Su estructura correspondía al modelo de masía tradicional catalana, si bien, no tenía mucho terreno..."

Seguiremos nuestro viaje imaginario. Horta crecía... Barcelona crecía... y así, llegó el momento en que las murallas debían ser derribadas. Posiblemente esto fue lo que pensó el Sr. Cerdá cuando puso en marcha su Plan.

Una ciudad que se hacía grande y un pueblo que crecía no podían tener falta de abastecimientos ni de servicios de transporte; hemos de pensar, entonces, que existirían servicios de tartanas, carros y ómnibus para trasladarse de un sitio a otro (Horta-Barcelona y al contrario). Hablamos de los años 1857 y 1860.

Aún así, el transporte era insuficiente, así que de manos de diferentes iniciativas se decidió que el tranvía llegase a Horta.

El Tranvía era de tracción animal, sabemos que el año 1891 había un servicio de este tipo que iba de Barcelona a San Juan de Horta.

Pero como estamos contando una historia, podemos hacer un retroceso y pensar que unos años antes, concretamente en 1883, el Sr. Dodero había empezado a explotar un servicio de tranvía de vapor. Este no solucionaba los problemas existentes sinó que los agravaba, la máquina que tiraba de él era vieja y estaba estropeada más veces que funcionando.

Y vosotros diréis ¿por qué hablamos tanto del tranvía de Horta cuando intentamos hacer la historia de Borbón? Bien, esto es porque este servicio de vapor generó la construcción de las primeras instalaciones que originaron la actual operativa. La necesidad de un lugar donde guardar los coches, donde tener unas oficinas, o necesariamente, donde hacer reparaciones, obligaron a comprar unos huertos en los que se construyó la primera cochera.

El autor Desideri Díez, en el libro "Els Transports a Horta" nos habla de la siguiente manera:

"...la cochera era un cercado de muros con fachada al antiguo camino de Sant Iscle y de la Riera de Horta..." Existían en él las dependencias de la empresa y no os lo perdáis, existió una pequeña capilla.

Poco a poco hemos ido viendo como en unos terrenos donde había huertos y una masía se instala una pequeña cochera.

¿Qué es lo que hizo que la pequeña cochera creciese hasta convertirse en la gran operativa que es ahora? Si seguís leyendo os lo contaremos.

El pasado siglo 20 ha sido una época de grandes avances científicos y tecnológicos. Ni Barcelona ni sus alrededores podían quedar fuera en el juego del progreso. Así, en el año 1901, el tranvía eléctrico llegó hasta Horta. Nos explica "La Veu de Catalunya" del viernes, día 21 de junio, el relato de cómo se inauguró dicho tranvía:

"Ayer por la mañana se inauguró oficialmente el nuevo tranvía eléctrico de la S.A. Barcelona-San Andrés y Extensiones, que hace el trayecto de Barcelona a San Juan de Horta.

Un rato antes de la hora anunciada para la salida del tren inaugural se presentó en la Pza. Urquinaona, punto de salida del dicho tranvía, una comisión...

"...después los expedicionarios se trasladan a las dependencias de la compañía, verdaderamente dignas de visitarse. En primer lugar sobresale la cochera, espaciosa y bien condicionada; la sala de máquinas... las instalaciones de los acumuladores... El edificio se ha construido en nueve meses bajo la dirección del arquitecto Sr. Vila..."

La llegada del tranvía eléctrico convierte un pequeño cercado en unas dependencias modernas y bien instaladas y de aquí, se fue ampliando y modernizando.

Entretanto nuestro pueblecito ya tenía 4000 habitantes, hablamos del año 1903. Por aquel entonces se añadió a Barcelona como barrio.

Otro gran acontecimiento sucedió en el año 1914, cuando la Cochera se convirtió en Subcentral.

El gran movimiento de líneas de transporte y el crecimiento de Horta como barrio aumentó las necesidades de energía y mantenimiento de los convoys, momento que se aprovechó para ampliar las instalaciones existentes. El relato más o menos nos lo explica así:

"tiene una superfície de 17.599,7 m2. Dispone de un edificio destinado a sala de máquinas y posteriormente a taller de carpintería. En el fondo se halla instalada la subcentral eléctrica..."

También se relata que el edificio era de estilo árabe y que la cochera era para coches de vía estrecha. Existía un pabellón que, en su planta baja, estaba destinado a oficinas y arriba tenía un piso y una habitación para el jefe de cochera.

La reforma de la Subcentral se debió a los arquitectos belgas Charles Thonet y Albert Pirard, que posteriormente fueron directivos de la empresa.

Mientras la Ciudad de Barcelona cambiaba y se hacía más moderna, Europa padecía la Primera Guerra Mundial.

Desde 1914 a 1936 nuestra Ciudad se convirtió en una de las más activas de Europa en todos los niveles, industrial, artístico... No hemos de olvidar las dos Exposiciones Universales que acogió, la segunda de ellas en 1929.

España, sin embargo, tenía serios problemas, los cuales desencadenaron nuestra última guerra civil en el año 1936.

La guerra destruyó el país y Barcelona no se libró de ello. La Subcentral de Horta también estaba muy deteriorada. Era necesario hacerla renacer de sus escombros.

Todo el material de via estrecha que se había deteriorado durante ese periodo fue almacenado allí en espera de ser reparado o desguazado, según el caso.

Mientras tanto llegaba el cambio de vía estrecha a vía ancha. Este cambio fue aprovechado para reconvertirla en una nueva cochera más grande y moderna.

Caminado por la Historia hemos llegado al año 1947, con casi cincuenta años de tranvía eléctrico en Horta. Ese mismo año se derribó la subcentral para construir una nueva. Las obras comenzaron en 1948. En el año 1950 ya se llevaban construidos 8430 m2 y faltaban 1499 m2 más que se acabaron en 1951. La nueva cochera tenía un aspecto magnífico y la adaptación a vía ancha permitió que se le asignaran nuevas unidades de material móvil más modernas.

También se le amplió la potencia de manera que se pudiese hacer cargo de dar energía a la de S. Andrés en caso de avería de esta. La alegría duró poco, ya que el 13 de septiembre de 1952 unas inundaciones dejaron inútil del depósito durante tres semanas, con importantes desperfectos en el material móvil.

De las inundaciones hace mención el Diario de Barcelona del 14-9-52. En concreto de la cochera de Horta nos dice "...en la cochera de tranvías de Horta, el agua la inundó totalmente y llenó los fosos de reparaciones llegando a la altura de los estribos de los coches allí en reparación..."

Más adelante, el mismo artículo nos explica que las aguas alcanzaron un metro de altura y taponaron los tragaluces con restos de hojas y fango. Un tranvía de la linea 37, en Av. Borbón, quedó totalmente bloqueado por las aguas y atascado entre barro, piedras y hierbas.

Después de este desastre se construyó un nuevo desagüe para evitar futuras inundaciones; pero otra vez la mala suerte generó nuevas inundaciones en septiembre de 1953, justo un año después.

Esta vez el Ayuntamiento tomó cartas en el asunto, canalizando la Riera de Horta. La Compañía de Tranvías colocó unas puertas blindadas para evitar que el agua de las lluvias entrase por la Avenida Borbón.

DESDE ESE MOMENTO LA COCHERA DE HORTA PASA A DENOMINARSE BORBÓN. Así que, desde ahora, hablaremos siempre de Borbón y nos olvidaremos del antiguo nombre de Horta.

Los años siguientes se pueden considerar normales. La actividad de Borbón crecía al ritmo que lo hacía Barcelona. Fueron unos años tranquilos en los que la gente, una vez superada la postguerra se preparaba para el futuro con optimismo y ganas.

Borbón era modélica y por ello, en el año 1959 salió fotografiada en el libro del XXXIII Congreso Internacional de l'UITP de París, junto con otros depósitos de otros paises.

Esto animó a su ampliación en el año 1960. Se iniciaron las obras dirigidas la construcción de un nuevo depósito para autobuses que tendría unas medidas de 4609 m2, además de 198 m2 destinados a comedores, vestuarios y duchas.

Borbón era ya, en aquel momento, una parte importante del barrio, situada allá donde históricamente se acababan los "quince", disponía a la vez de espacio para tranvías y autobuses.

El cierre de la cochera de Sarriá la convirtió en la única que disponía de medios para reparación de tranvías y además en el taller central para este tipo de vehículos. Actualmente de este depósito dependen los conductores y cobradores del Tramvia Blau.

Nuestro cuento también ha de tener momentos nostálgicos. El progreso al que no nos podemos negar, de vez en cuando nos arrebata alguna cosa que nos gustaría mantener. Así, llegamos al año 1971; los últimos tranvías circularon el 18 de marzo, y, después de una multitudinaria "despedida popular", entraron en Borbón ya en la madrugada del 19, para no salir a circular nunca más.

Poco a poco hemos ido haciendo un resumen de las cosas que han sucedido en nuestra operativa de Borbón. Los cambios, los nuevos acondicionamientos, las ampliaciones... todo forma parte de su historia, pero la historia sigue y la cochera ha ido adaptándose en cada momento a cada nuevo ciclo histórico.

Así, llegó un momento en que, una vez instalada la democracia en España, los movimientos vecinales tuvieron un sentido que antes no tenían, y con esto, podéis comprobar que hemos dado un salto de más de diez años.

Efectivamente, la operativa se había hecho muy grande, demasiado, y en algunos aspectos era necesario readaptarla. En aquel momento y siguiendo con la voluntad de la empresa de estar al servicio de la ciudad, se cedió al barrio parte de su terreno, hablamos de los años 1987 y 1991.

Todo tenía un significado, los tranvías ya no estaban y los autobuses necesitaban menos espacio, así que corresponder a la solicitud vecinal que pedía terrenos para espacios lúdicos era totalmente posible, y, además, este acuerdo contaba con el beneplácito de todos.

A pesar de ello, en Borbón todavía se mantienen las vías de los tranvías y los portatroleys, lo podréis ver si entráis, todo y que el espacio está reservado actualmente sólo para autobuses.

La adaptación de la cochera de tranvías a depósito de autobuses trajo otros cambios, es evidente que el primero de ellos fue el cambio de material móvil, pero también de las fosas, la tecnología y el personal. Todo el mundo debía adaptarse a los nuevos momentos que se vivían, y este esfuerzo se aceptó en Borbón como un reto que han ido ganando día tras día, año tras año, antes cuando eran más grandes, ahora que son un poco más pequeños, pero con tecnologías más complicadas.

De esta manera llegamos a la actualidad. En la actualidad la Operativa de Borbón dispone de un parque de 140 vehículos. Borbón es un lugar vivo, donde el ritmo estresante de esta ciudad se ralentiza para proteger el paso de los vehículos, ahora de salida, ahora de entrada. La vida de una parte de esta ciudad gira alrededor de sus edificios y de sus gentes.

Hemos dado una vuelta por la vida de una operativa de autobuses. Seguramente no os imaginábais como podía ser de interesante y de curiosa. Ahora ya sabéis un poco más del mundo del transporte.

Nuestra vida, la vida de los barrios, la de las calles, la de la cochera que origina este cuento se hacen de pequeñas historias. Las pequeñas historias se unen y entre todas hacen la gran historia de la ciudad donde vivimos, la historia de Barcelona.

Autobuses, calles, cocheras, personas, personajes, todos cabemos dentro de Barcelona, y Borbón ha sido una parte más. Pronto, no sabemos cuando, dejaremos de ver salir los autobuses de sus instalaciones. En su lugar tendremos otros equipamientos.

Este trabajo que hemos hecho un grupo de personas con más ilusión que habilidad, sólo pretende que no caiga en el olvido que hace muchos, muchos años, había una ciudad, Barcelona, había una calle y en la calle nació una cochera hace cien años. Borbón centenario, el barrio de Horta, centenario, el pueblo de Horta, milenario?..

La ciudad sigue, mañana aún veremos los coches salir del depósito; pasado mañana quien sabe? El cuento se acaba como todos con la frase " y colorín colorado..." la historia, en cambio, sigue aunque nosotros no estaremos para explicarla.

Texto realizado por Borbón Interactivo

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Visita a las cocheras 27/09/2003